Antonio José Ruiz de Padrón nació en 1757, en una vivienda que aún se encuentra en la Calle Real de San Sebastián de La Gomera. Su familia era de clase acomodada y religiosa, y nuestro protagonista se manifestó desde muy pequeño como un niño muy curioso y con ganas de aprender, adquiriendo su formación básica en el monasterio franciscano que existía en San Sebastián. En aquella época vivían en la capital unos 3.000 habitantes y en toda la isla unos 7.000. Se vivía bajo un régimen señorial, que controlaban no sólo la vida económica sino la social de la isla, con lo que las oportunidades de desarrollo eran muy escasas, y prácticamente la única salida era la emigración.
Su madre murió cuando él contaba con 16 años, lo cual le alentó a salir de la isla hacia Tenerife para continuar con sus estudios, ya que no había otra posibilidad para continuarlos en la isla. Una vez en la isla de Tenerife ingresa en el convento franciscano de San Miguel de las Victorias, en San Cristóbal de La Laguna. Sobre esto él mismo afirmo que ingresó “muy niño y contra el dictamen de su padre”. Cuando acabó su preparación fue ordenado sacerdote en 1781. Desde ese año se hizo miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, demostrando así que no sólo le interesa el mundo religioso sino también la ilustración, algo que le preocuparía toda la vida.
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